Entre los muchos monumentos que identifican a la ciudad de Sevilla, hay algunos que quizá no sean tan conocidos para el foráneo, pero son muy queridos para los sevillanos. Uno de ellos es el templete de la Cruz del  Campo, nombre que da origen a la afamada cerveza, o «zumo de cebada», por ser el lugar en el que se establece la primera fábrica CRUZCAMPO, a principios del siglo XX, ante las óptimas propiedades que ofrecía el agua en esta localidad.

Es la cerveza, y es esta cerveza en concreto, la bebida típica con la que el sevillano y todos aquellos que se acercan a la ciudad acompañan a la famosa tapa, pequeño entrante que se toma en el almuerzo o cena.

Y para potenciar aún más el carácter artesano con que se hacía antiguamente la cerveza, hemos reproducido de forma totalmente manual esta “escultura”, hecha con esmero, y cuidando los detalles plasmados en la obra arquitectónica real. Marcar los Ladrillos que adornan y construyen el monumento, los Arcos ojivales por los que se logra visualizar la Cruz que queda resguardada en el interior del Templete, los Escalones de acceso a la Cruz de mármol, la Cúpula que corona esta construcción y la Cruz que remata la parte superior de este conjunto.

Realizada en Aluminio macizo por gravedad a la arena, y con ese toque particular y distinguido que le aporta su acabado pulido brillo.